Durante el año 2015 Cornare realizó un juicioso estudio de la dispersión de los contaminantes atmosféricos de calidad del aire en el Oriente antioqueño, por lo que recientemente fue presentada una actualización realizada en convenio con la Universidad Pontificia Bolivariana, que incluyó la subregión Valles de San Nicolás, La Calera (Puerto Triunfo), el municipio de La Unión y zonas aledañas en donde la actividad minera viene cobrando un interés especial.
La metodología utilizada para el estudio y que fue socializada a los empresarios de la región el pasado 25 de agosto en Cornare, consistió en la actualización del inventario de emisiones de las fuentes de área, fuentes fijas puntuales y fuentes móviles; considerando aspectos como niveles de producción, tiempos de funcionamiento y tránsito de vehículos, a través del desarrollo de actividades como aforos, visitas de campo y revisión documental.
Aunque las concentraciones en las zonas analizadas no sobrepasan la norma, se aprecia un incremento al compararlas con las concentraciones simuladas en estudios anteriores, que pueden atribuirse al aumento del número de actividades industriales y al crecimiento del parque automotor.
“De acuerdo con el estudio realizado en el Oriente antioqueño sobre la estimación de la calidad de aire, al año 2015 los resultados son positivos, dado que cumplen con la norma nacional. Aunque no es un impacto relevante para la población, debemos continuar trabajando para mantener los buenos niveles de calidad”, enfatizó la PhD María Victoria Toro.
Según lo analizado resulta entonces para Cornare muy satisfactorio demostrar a través de este último estudio, que las empresas establecidas en el Oriente antioqueño se están articulando cada vez más con los convenios de reconversión a tecnologías limpias, lo que permite implementar en muchas de ellas sistemas de control de emisiones atmosféricas, que las llevan tanto al cumplimiento normativo, como a la disminución significativa de sus emisiones, beneficiando en gran medida el aire que respiramos en la región.
El aeropuerto internacional José María Córdova, que opera en Rionegro, Antioquia, y es el segundo con más movimiento de pasajeros y de carga en el país, después de El Dorado de Bogotá, no necesita la construcción de una segunda pista. Al menos no antes del 2036.
EL TIEMPO conoció que en el plan maestro que trazará el futuro del terminal aéreo para 20 años no contempla en ese periodo las obras de la nueva pista de 3.500 metros de longitud, como se ha propuesto.
Más bien plantea la extensión de la pista actual y la expansión del José María Córdova en tres etapas, del 2021 al 2036, con un desarrollo integral tanto en la parte de calles de rodaje, pistas, plataformas como en los terminales de pasajeros y de carga, hangares y parqueaderos.
Estos escenarios se han analizado en las mesas de trabajo realizadas entre la Aeronáutica Civil, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), el concesionario del aeropuerto Airplan, la Gobernación de Antioquia, las alcaldías de Rionegro y Medellín con la Unión Temporal (UT) Rionegro, la firma consultora que la Aerocivil contrató para trazar el plan maestro que orientará el desarrollo del aeropuerto en 20 años.
La base para señalar que la segunda pista no debería considerarse aún parte de los análisis hechos por la firma consultora. Calculó que en 20 años las operaciones comerciales crecerán de 77.550 hasta 133.000, lo que indicaría un aumento del 72 por ciento.
Al 2036 estarían movilizándose por este terminal aéreo alrededor de 177.100 toneladas de carga y 13’553.000 pasajeros. De estos, 10’840.000 serían nacionales y 2’173.000 internacionales. En el 2015, este terminal movió 6’624.000.
De acuerdo con los expertos, con tales movimientos no se cree que el crecimiento de usuarios en un horizonte a 20 años sea tan elevado como para que llegue a desbordar las 180.000 o 200.000 operaciones anuales, que es la capacidad máxima de la pista existente.
Incluso se estima que tampoco de aquí al 2036 se alcancen las 150.000 operaciones, con las que sí se dispararían las alertas que obligarían a pensar en el proyecto de la segunda pista. El otro escenario que podría obligar a contemplar esta alternativa es ante la eventualidad del cierre del aeropuerto Olaya Herrera de Medellín, lo cual se considera improbable.
Según el vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, los estudios y el plan maestro del aeropuerto José María Córdova serán entregados por la firma consultora a la Aerocivil el 12 de agosto.
“Terminado agosto, entregaremos una valoración y evaluación del plan maestro que nos permita planear las obras que se desarrollarán en el aeropuerto de Rionegro a 5, 10, 15 y 20 años, tal como lo hicimos para la ciudad de Bogotá”, dijo en el reciente acto de la firma del convenio entre la Aerocivil y la Gobernación de Antioquia, para cobrar una sobretasa aeroportuaria con la que se cofinanciará la construcción del túnel de Oriente.
Esta cofinanciación evitará que los antioqueños tengan que pagar valorización por la construcción del túnel que mejorará las condiciones de acceso al terminal aéreo y reducirá a 25 minutos el tiempo de viaje entre Medellín y el aeropuerto de Rionegro.
El director de la Aerocivil, Alfredo Bocanegra, explicó que con esa tasa se esperan recaudar 60.000 millones en 3 años y que se anticiparán con un crédito puente entre el Instituto de Desarrollo de Antioquia (Idea) y la Gobernación del departamento.
Qué trae el plan maestro
En cuanto a otros aspectos del plan maestro, el borrador final indica que en la primera fase, que va del 2021 al 2026, deben seguir las ampliaciones de la plataforma, calle de rodaje, una nueva plataforma remota, adecuaciones viales según el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), reorganización de flujos vehiculares y extender los parqueaderos.
En la segunda etapa, del 2026 al 2036, se propone la extensión de la pista actual en 500 metros para recibir aviones mucho más grandes, nuevas aerolíneas, viajeros y carga. También deben continuar las ampliaciones de los terminales de pasajeros y de carga, una nueva calle de acceso a la pista, hacer más hangares y extender la plataforma remota.
En la fase III, después del 2036, propone extender más los muelles de los terminales, una nueva calle de salida rápida y seguir con el crecimiento de los parqueaderos.
Para evitar congestiones en las pistas, las operaciones se agilizarían usando las calles de salida rápida para los aviones.
Terreno de la otra pista
La UT Rionegro fue también contratada para hacer los estudios que deben determinar la viabilidad técnica, operacional, financiera y predial del terreno escogido para la posible segunda pista del aeropuerto.
El polígono propuesto para este proyecto (en terrenos de expansión del aeropuerto) fue marcado por la resolución 964 que la Aeronáutica Civil expidió el 30 de abril del 2015.
Aunque la resolución de Aerocivil había marcado un polígono de 784 hectáreas para la segunda pista, el estudio de la firma arrojó que podrían ser solo unas 406 hectáreas. En cualquier caso, se haga o no la segunda pista, estos terrenos se deben adquirir para asegurar la futura expansión del aeropuerto.
El contrato del plan maestro del aeropuerto y el estudio de viabilidad del terreno para la nueva pista con la UT Rionegro cuesta 3.760 millones de pesos.
Mientras tanto, en el José María Córdova avanza el plan de modernización de la infraestructura que lidera Vargas Lleras y cuyas obras se suman a las que vienen ejecutándose en otros 61 aeropuertos grandes y pequeños del país.
Modernización va en 66 %
Amplían terminales, plataforma y las conexiones
En el aeropuerto de Rionegro están invirtiéndose $ 324.000 millones en obras que aumentarán un 30 % su capacidad y hoy están ejecutadas en 66 %, dijo el presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Luis Fernando Andrade.
El concesionario Airplan trabaja en cinco frentes: ampliaciones de los muelles nacional e internacional, la plataforma internacional, una nueva edificación para pasajeros en tránsito y mejoras en la conectividad interior y exterior para comodidad de los usuarios.